Marcelino García es ganadero por vocación, y por elección. Su familia le ofreció la posibilidad de estudiar lo que quisiera, nunca le condicionó en contra de dedicarse a la ganadería, siempre lo apoyaron, y él decidió prepararse para ser mejor ganadero. Ha finalizado el Ciclo Superior de Ganadería y Asistencia en Sanidad Animal en el EFA Fonteboa, en Coristanco, donde ya había estudiado su padre, y como tantos compañeros y compañeras, ha previsto incorporarse a la explotación familiar: “Ganadería San Martín”, dedicada al vacuno de leche. Como explotación, además, son socios de la cooperativa “San Martín de Ozón”, que se dedica a la negociación y comercialización de la leche, y de una CUMA, “ Virgen del Pilar”.
No cambia este trabajo por nada. Disfruta de la libertad de trabajar al aire libre y de no sentir estrés. Le gusta manejar maquinaria, vivir en el rural y tener la familia cerca y afirma no haber dudado nunca de que esto era lo que quería ser de mayor. Ahora, con 20 años y finalizados los estudios, prepara su incorporación de forma reglada.
En la explotación trabajan su abuelo, sus padres y dos empleados, lo que ya les permite contar, desde hace tiempo, con un día libre a la semana. Entre sus objetivos profesionales, aspira a incrementar la producción, reacondicionar las instalaciones para la recría y reducir los costes siendo el más competitivos posible, consiguiendo mejorar las condiciones económicas y organizativas de manera que, igual que los demás, sus padres también puedan disfrutar de vacaciones, algo que hasta el momento, no fue posible.
Marcelino tiene muy claro que el rural tiene futuro: “Veo el futuro de manera muy optimista”. Manifiesta sentirse orgulloso de dedicarse la esta profesión, algo en lo que dice coincidir con muchos de sus compañeros y compañeras de estudios. Tiene claro que el rural no va a desaparecer nunca: “Pueden desaparecer los coches o los móviles pero nunca el sector primario”. Desde su experiencia percibe mucha ilusión entre la juventud e indica que “Los ganaderos estamos orgullosos de serlo y cada vez más”.
“Los ganaderos estamos orgullosos de serlo, y cada vez más”
Se muestra menos positivo cuando advierte una excesiva burocracia ante las necesidades de crecimiento de las explotaciones, demanda menos trabas y más agilidad frente a los trámites administrativos. Percibe que falta mano de obra cualificada y reconoce que “hay futuro pero hay mucha margen de mejora para ser rentables y competitivos”.